Lo primero que nos llamó la atención de esta novela fue su estructura y sobretodo que está narrado por la mismísima Muerte (incluso a algún lector le costó al principio reconocerlo).
En general nos ha gustado, ya que nos ha permitido conocer desde una perspectiva diferente la segunda guerra mundial. La novela te mete en el papel de una familia humilde alemana que en ningún momento desea lo que está ocurriendo en su país. No apoyan a Hitler e incluso ayudan a los judíos. Nos ha resultado curioso saber del régimen de miedo a que estaba sometido el pueblo alemán.
Nos ha gustado también la manera poética en la que está redactada la obra, con gran cantidad de metáforas y prosopopeyas y unas muy buenas descripciones de los escenarios basadas en el uso de los colores.
En cuanto a los personajes, hemos relacionado cada uno de ellos con una cualidad, destacando la bondad personificada en el padre de la protagonista y nos ha sorprendido gratamente el gran corazón que esconde su madre adoptiva detrás de una coraza de mal humor y continuos insultos.
Una parte destacada durante la narración es que el autor va desvelando parte de la trama que sucederá más adelante. A pesar de ser una estrategia que parece que puede ser perjudicial para que el libro te siga enganchando, no lo es.
Cabría destacar la sorpresa que supone cómo la Muerte recoge las almas. Con suavidad y dulzura. Sin dramatismo.
Dentro de la tristeza del final, nos ha gustado que la niña, ya anciana, haya podido recuperar su libro de manos de la muerte. Choca un poco que no se sepa casi nada de la vida de la niña hasta llegar hasta ese día pero quizá ha sido mejor así para que el final haya sido más bonito.
La parte del análisis del libro que más nos ha costado y que es la parte central de la trama es responder a la pregunta de ¿por qué robaba los libros?
Tras debatirlo creemos que a través de los libros, a través de las palabras la niña construía su vida. cada acontecimiento importante estaba relacionado con un libro. Gracias a los libros, gracias a las palabras, conseguía su libertad. De igual forma, la lectura de libros en el refugio, durante los bombardeos, rescataba del miedo a sus convecinos.
Casualmente mientras lo estábamos leyendo emitieron por televisión la película, que también tiene buenas críticas. Habrá que verla.
